Tan sólo mi tarea
de sacar la basura
con restos diurnos
no se compara con
el zig zag del camión que se detiene y avanza
con los gritos, las señas
y el puño cerrado
con guantes multibarriales.
La tarde espesa en hologramas
ladran y ladran
desde el patio
hasta el infinito
no veo sus dientes
los imagino
en constante exhibición
desfila la cruz roja
para histeriquear salario.
Llegó
lentamente
la cruzasocial.
Anhelada mente
vino el baile mental
de los ahogados
abocados a
la tarea de no permitir
nombres por encima
del suyo propio.
Nos cruzamos después de tanto decirnos
ahora un chau en cada mano
(no hace falta más ombligos
que el nuestro propio)
para soldar deudas
y luego morirnos
sin el paseo religioso.