Ya el veinticuatro cambian:
la ropa el maquillaje el saludo.
En fila y obedientes al mandato se preparan
las familias navidad
(difícil de encasillarlas en ese día de artificio).
Las panzas terminan llenas
llenas de palabras
de chismes
de miradas compromiso
de aguinaldo.
Los banquetes atraviesan las clases
se dividen proporcionalmente a la ración cotidiana
el alcohol y la fruta de invierno hacen fuerza
en el verano occidental
fuerza en la cultura que copiamos
una vez más ...
El veintiseis duermen
sueñan lo que pudo ser
y no es
el abrazo sin permiso
y el brindis final
la comida rechazada
y el jesús que no está.